Cambiar mi vida, comprar una cabaña que se estaba desmoronando y mudarme al medio del bosque podría no haber parecido la mejor idea, 

pero para mí era casi la perfección.

Supongo que esas son las ventajas de ser una escritora... hacer las maletas y mudarme a cualquier parte del mundo, porque mientras tuviera una computadora portátil, estaba lista para irme.

Lo que no esperaba durante este nuevo comienzo era el hombre que había contratado para renovar mi lugar—Asher, el carpintero cambiaformas de 

oso. Me hizo sentir cosas que nunca antes había experimentado; Cosas que me excitan, pero me asustan.

La lujuria, el deseo y todo tipo de cosas sucias que una chica como yo probablemente no debería estar pensando de un hombre que ni siquiera conoce, se repetía en mi cabeza.

Pero había más que solo excitación en lo que concernía a Asher. Lo sabía en mi corazón.

Aquí estaba yo, en mis veintes, nunca había estado con un hombre de ninguna manera, y todo lo que podía pensar eran esas cosas sucias que hicieron que una virgen certificada como yo se sonrojara.

Y cuando Asher apareció en la puerta de mi casa durante una tormenta, empapado, mirándome salvajemente, diciéndome que había intentado mantenerse alejado pero que no podía, sabía una cosa con certeza. Estos no eran solo los sentimientos locos que estaba teniendo.

Esto era lo que se sentía al estar apareada.