Las costumbres exigieron que el Príncipe Urban se tatuara una marca de amor en el costado de su ojo izquierdo cuando era niño, al igual que el resto de su gente, pero para él, estas cosas estúpidas solo han provocado el desprecio de su padre, la miseria de sus hermanos, y provocó que todo su reino cayera en la ruina por luchar en tantas batallas por las molestas manchas de tinta.

Cuando la hermana de Urban debe viajar a Donelly, el reino en la arena, para que su matrimonio arreglado haga una alianza entre los dos reinos, él va con ella. Pero tan pronto pone un pie en el castillo, su marca comienza a picar como una hija de puta, diciéndole que su único amor verdadero está cerca.

Sin embargo, sucede que la mujer destinada a estar con él está totalmente prohibida. Ahora debe decidir si debe ignorar la marca persistente diciéndole que ella es la elegida, para evitar una posible guerra entre los reinos, o si debería descubrir si vale la pena arriesgar todo por poder estar juntos. De cualquier forma, su vida es absorbida por el caos con amenazas de decapitaciones, magia oscura al acecho, intrigas de traidores en el castillo e inminentes luchas a espada.

¿Quién diría que un pequeño tatuaje podría causar tantos problemas?