Bilogia The Darkest Sunrise
mayo 19, 2020
1. The Darkest Sunrise
Palos y piedras romperán mis huesos, pero las palabras nunca me harán daño.
Quien haya acuñado esa frase es un completo mentiroso. Las palabras son a menudo el arma más aguda de todas, desencadenando algunas de las emociones más poderosas que un humano puede experimentar.
“Estás embarazada”.
“Es un niño”.
“Su hijo necesita un trasplante de corazón”.
Palos y piedras romperán mis huesos, pero las palabras nunca me harán daño.
Mentiras.
Las sílabas y las letras pueden no ser tangibles, pero aún pueden destruir toda tu vida más rápido que la bala de un arma.
Tres palabras: eso fue todo lo que se necesitó para extinguir el sol de mi cielo.
“Se ha ido”.
Durante diez años, la oscuridad me consumió.
Al final, fueron cuatro palabras profundas y ásperas que me dieron la esperanza de otro amanecer.
“Hola. Soy Porter Reese”.
Palos y piedras romperán mis huesos, pero las palabras nunca me harán daño.
Tonterías.
Las palabras me destruyeron.
“Lo siento. Ella no lo logró”.
“¡Papá, no puede respirar!”
“No hay nada más que podamos hacer por su hijo”.
Palos y piedras romperán mis huesos, pero las palabras nunca me harán daño.
Mentiras.
Esas sílabas y letras se convirtieron en mi verdugo. Me dije que, si no reconociera el dolor y el miedo, no tendrían poder sobre mí. Pero, a medida que pasaron los años, el odio y la ira que dejaron comenzaron a controlarme.
Tres palabras: eso fue todo lo que se necesitó para sumergir mi vida en la oscuridad.
“Se ha ido”.
Al final, fueron cuatro palabras suaves y sedosas las que me dieron la esperanza de otro amanecer.
“Hola. Soy Charlotte Mills”.
2. The Brightest Sunset
Palos y piedras romperán mis huesos, pero las palabras nunca me harán daño.
Tonterías.
Las palabras me destruyeron.
“Lo siento. Ella no lo logró”.
“¡Papá, no puede respirar!”
“No hay nada más que podamos hacer por su hijo”.
Palos y piedras romperán mis huesos, pero las palabras nunca me harán daño.
Mentiras.
Esas sílabas y letras se convirtieron en mi verdugo. Me dije que, si no reconociera el dolor y el miedo, no tendrían poder sobre mí. Pero, a medida que pasaron los años, el odio y la ira que dejaron comenzaron a controlarme.
Tres palabras: eso fue todo lo que se necesitó para sumergir mi vida en la oscuridad.
“Se ha ido”.
Al final, fueron cuatro palabras suaves y sedosas las que me dieron la esperanza de otro amanecer.
“Hola. Soy Charlotte Mills”.
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