Preacher man
agosto 19, 2019
El predicador de la ciudad viene a mi ventana todas las noches. No es su culpa que se haya visto obligado a verme a través del cristal, soy perversa por dentro y por fuera. Mi madre me lo dijo.
Hay una terrible fiebre dentro de mí. Se construye y construye, empeorando cada vez que el predicador llega a la noche para verme. Sólo él puede hacerme mejor. Entonces, si soy tan tentadora como dice mi madre, es hora de descubrir si tiene razón.
Mi bautismo es la semana que viene. El predicador me tocará por primera vez. Si tengo mi oportunidad, no será la última.
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