Última vuelta
febrero 03, 2019
Cuando tu vida entera gira a más de trescientos cincuenta kilómetros por hora, no tienes mucho tiempo para pensar en ella, los golpes que te da mientras estás sentado con la adrenalina a tope, y solo pensando en llegar a la maldita meta no duelen.
Pero cuando todo tu mundo se oscurece, dejándote metido en un hoyo y se te hace imposible volver a sentir esa adrenalina fluir por tus venas como gasolina a través del motor de tu monoplaza, ahí es cuando reconoces que todo lo que has vivido en los últimos años es banal, simple, y que ni todo el puto dinero del planeta compensa la falta de esa persona especial que necesitas y que te apoya pase lo que pase, no hay forma de que malditamente puedas seguir a delante sin tomar su mano.
Yo la encontré estando en ese hueco oscuro, ella brilló para mí con la fuerza de mil soles sacándome del infierno de oscuridad y dolor, ella se convirtió en mi Última Vuelta...
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